En 2024, Suecia ha implementado algunas de las políticas de inmigración más restrictivas de su historia. Este cambio refleja un giro significativo respecto a su antigua reputación de ser un país acogedor para refugiados y migrantes.

Actualmente, las solicitudes de asilo han disminuido a niveles históricos, y se espera que este año haya más personas saliendo de Suecia que entrando, algo que no sucedía desde los años 70.

¿Qué motivó este cambio?

El aumento de la violencia urbana en las famosas “No go-zones”, problemas de integración, desempleo y la creciente percepción de inseguridad han impulsado al gobierno a tomar medidas más estrictas. Estas incluyen:

• Restricciones al asilo y permisos de residencia, otorgando estancias temporales en lugar de permanentes.
• Endurecimiento de requisitos para reunificación familiar, limitando la llegada de familiares de migrantes.
• Campañas de retorno voluntario, fomentando que los inmigrantes sin posibilidades de integrarse regresen a sus países de origen.
  El gobierno sueco planea ofrecer hasta 350,000 coronas suecas (aproximadamente 34,000 dólares o 31,000 euros) a ciertos inmigrantes que decidan regresar voluntariamente a sus países de origen

El gobierno, liderado por una coalición de derecha con apoyo de los Demócratas de Suecia, justifica estas políticas como necesarias para reducir la presión sobre el sistema social y abordar los desafíos de integración.

Y tu que opinas sobre este giro histórico?